martes, 24 de mayo de 2011

Rimas alfabéticas



Caleidoscopio

Caleidoscopio colorido,
de colores colmado,
desde el castaño cobrizo,
al carmesí colorado.
Caleidoscópicos colores,
cristales coloreando,
cual coloristas creadores
colorines colocando.




Culebras
Culebras culebreantes
culebrean tan campantes,
en el camino sin caminantes
carrozas ni comediantes.
Culebros y culebrillas
corretean cual cabritillas
coleando tras la cabecilla
y cogiendo carrerilla.







Dibujo

Danza el dedo en el damero
dibujando con esmero
dos docenas de duraznos
bailando en un duraznero.







El dino Danilo

El dino Danilo, que es un dormilón,
danzaba dormido un bello foxtrot.
Mientras danzaba un dátil pisó,
se deslizó, la pata desplazó
y cayendo al suelo hizo pataplof.


viernes, 6 de mayo de 2011

Historias de brujas




Era una noche oscura,
era una noche fría,
ya no se hacen travesuras,
se ha terminado el día.



Reunidos junto al fuego,
niños y padres descansan,
acabados ya los juegos,
extrañas historias relatan.



Las brujas, dice mamá,
de espíritus se alimentan,
asiente, silente, papá
y voces misteriosas comentan:


-Eso no son más que cuentos

las brujas no hacemos eso
tomar espíritus como alimento
con los gases que provocan,
yo me quedo con el queso.



¿Quién ha hablado?- la niña pregunta.
¿Quién ha dicho eso?- pregunta mamá.
Será el viento, papá apunta,
que por la chimenea parece silbar.



La niña se abraza a mamá,
por el frío, no se crea,
y el peque a papá se pega
pero no por miedo, qué va, qué va.






En voz baja mamá cuenta
que comen niños las brujas
qué imagen tan truculenta,
qué malas son las pirujas.



-¡Qué mentira! ¡... ira... ira... ira...!
¡Menuda falsedad! ¡... edad... edad... edad..!
¡No comemos hace la tira!
Con la acidez que nos dan.



¿Quién ha hablado?- la niña pregunta.
¿Quién ha dicho eso?- pregunta mamá.
Será el viento, papá apunta,
que por la chimenea parece silbar.


Y un poco más se aproximan,

se acercan un poco más,
al fuego aún más se arriman,
por el calor... nada más.



Las brujas, mamá susurra,
usan para aliñar
polvo de hadas absurdas
y, cuando van a amasar
tartas de fresas y uvas,
risas de bebé vuelan a atrapar,
porque como levadura
las suelen usar.



-Esto ya está mejor ...ejor ...ejor ...ejor-
Se oyen voces murmurar.
-Esto ya me gusta más … as ...as ...as-.
Se oyen voces comentar.
-Esto ya no es camelo ...elo …elo ….elo.
sino muy real y veraz ...az ...az ...az.
¿Y tú por qué hablas con eco?
-Porque me divierto más ...as ...as ...as-.


¿Quién ha hablado?- la niña pregunta.

¿Quién ha dicho eso?- pregunta mamá.
Será el viento, papá apunta,
que por la chimenea parece silbar.



Pero ahora todos tiemblan,
no lo pueden evitar,
el terror mueve sus piernas,
se empiezan a levantar.



Despacito, en silencio,
se ponen los pijamas,
calladitos, circunspectos,
se van a una misma cama.
Abrazados y temerosos
se duermen hasta mañana,
mientras sobre el tejado rojo,
brujas vuelan con algo de galbana.



-Se acabaron las historias … orias ...orias ...orias,
mejor nos vamos, hermanas …anas ...anas ...anas.
A comer unas zanahorias ...orias ...orias ...orias
y un yogur de bananas ...anas ...anas ...anas.






Aura no puede dormir


Aquella noche de luna llena Aura no podía dormir.

Se volvió a la derecha... y nada.

Se volvió a la izquierda... y nada.

Se volvió boca abajo... y nada.

Se volvió boca arriba... y nada.

Dio vuelta a su almohada.

Se destapó.


Se volvió a tapar.

Se cubrió los ojos con las manos.

Se abrazó a su osito.

Se cantó una nana.

… Y nada.

Aura recordó que su mamá siempre le decía que contara ovejas y a ello se puso:

-Una oveja... Dos ovejas... Tres ovejas... ¡Eh, eh! - Aura gritaba a la tercera oveja que había decidido dar media vuelta y echar correr - ¡Eh, tú! ¿Dónde crees que vas?


La niña la siguió, la persiguió, corrió, casi galopó tras la oveja fugitiva.


Hasta que Aura se cansó y se sentó al borde de un camino de color rojo.

-Pues así no hay quien se duerma -pensó- tendré que contar otra cosa. Pero ¿qué?

Miró a la derecha, miró a la izquierda y, de pronto, a lo lejos, vio que se acercaba un curioso desfile. Y Aura contó:

- Un koala, dos ornitorrincos, tres wombats, cuatro canguros... ¡Eh, eh! - Aura gritaba a los cuatro canguros que habían decidido dar media vuelta y largarse saltando - ¡Eh, volved! ¡Así no os puedo contar bien!

La niña los siguió, los persiguió, corrió, casi galopó tras los canguros fugitivos.


Hasta que se dio cuenta de que no tenía por qué ir tras ellos y se sentó al borde de un camino de color azul.

-Nada, que esta noche no voy a dormir -pensó- ¿Qué otra cosa podré contar?

Miró a la izquierda, miró a la derecha, miró al frente y vio acercarse un curioso cortejo. Aura contó:

-Un duende, dos gnomos, tres hadas, cuatro brujas, cinco elfos, seis ogros, siete princesas, ocho príncipes, nueve magos, diez elfos... Esto de contar es muy aburrido – dijo Aura con un bostezo.

Siguió contemplando el fantástico desfile hasta que alguien la tomó de la mano y la animó a unirse a ellos.

Y entre risas, saltos y bailes se fue, siguiendo sus pasos, por el camino azul...

...En el dormitorio de Aura, a la luz de la luna, el Hada del Sueño arropó a la niña, acarició sus párpados cerrados, sonrió ante su sonrisa y, silenciosamente, se marchó dejándola a solas con sus ovejas, sus wombats, sus hadas y sus elfos.









 Pilar, la osa polar, ha salido a patinar, con su patinete nuevo.