martes, 29 de mayo de 2018

Charcos



Lo mejor de la lluvia son los charcos.
Charcos tan pequeños que sólo caben tres gotas.
Charcos tan grandes que casi se puede bañar un oso.
Charcos marrones de barro.
Charcos negros de suciedad.
Charcos escondidos bajo baldosas sueltas que te mojan a traición.
Charcos de todos los tamaños y todas las formas.

Charcos para saltar dentro.
Charcos para saltar por encima.
Charcos para rodear y charcos en los que casi, casi se puede nadar.
Charcos para caer de culo y quedar empapados.
Charcos que te llenan los zapatos de agua.
Charcos con hojas donde viajan las hormigas.
Charcos frescos donde beben los pájaros.
Charcos para esquivar antes de que pase un coche.
Charcos donde el agua ni se mueve.
Charcos llenos de olas muy pequeñas.
Charcos donde navegan barquitos de papel.
Charcos para chapotear, salpicar, saltar y bailar.
Charcos para jugar.
Sí, sin ninguna duda, lo mejor de la lluvia son los charcos.

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