domingo, 15 de marzo de 2015

El gallo Cirilo y la gallina Marina


Aquella mañana el gallo Cirilo no pudo cantar.
Lo intentó una vez.
Lo intentó dos.
Hasta tres y cuatro veces probó
Pero de su pico nada salió.
¡El pobre Cirilo estaba ronco, casi sin voz!
-¡Ayayayayay! -pensó Cirilo- ¿Qué voy a hacer ahora? ¡Ayayayay! Si no canto nadie se despertará.
Cirilo, subido en lo más alto del gallinero, pensó y meditó.
-Igual si doy palmas,,,
Y Cirilo dio una palmada:
¡CLAP!
Y luego dio dos:
¡CLAP! ¡CLAP!
Y hasta con tres probó:
¡CLAP! ¡CLAP! ¡CLAP!
Siguió con cuatro, con cinco, con seis, con siete y así hasta diez y mucho más...
Pero nadie se enteró.
Cirilo, en lo alto del gallinero, volvió a pensar y a meditar.


-Igual si doy golpes con el pico...
Y Cirilo dio un golpe con el pico:
¡TOC!
Y luego dio dos:
¡TOC! ¡TOC!
Y hasta con tres probó:
¡TOC! ¡TOC! ¡TOC!
Siguió con cuatro, con cinco, con seis, con siete y así hasta diez y mucho más...
Pero nadie despertó.
-¡Ayayayayay! -pensó Cirilo- ¿Qué voy a hacer ahora? ¡Ayayayay! Si no canto nadie se despertará.
Y Cirilo, preocupado, siguió pensando sentado en lo más alto del gallinero.
La gallina Marina, que también madruga, al verlo tan preocupado le quiso ofrecer su ayuda.
Despacito, con cuidado, subió Marina a lo más alto del gallinero.
Se sentó junto a Cirilo y, después de colocarse las plumas, habló:
-Si tú no puedes cantar, lo haré yo.
-¿Tú? -dijo Cirilo muy, muy bajito-  ¡Si no puedes cantar!
-Bueno, lo puedo intentar.
-¡No sabes decir Kikirikí! -Cirilo gruñó.
-Pues diré Cocorocó -Martina insistió.


-¡Pero eres una gallina! -dijo Cirilo para acabar.
-¿Y eso qué más da? -respondió Marina sin dejarse asustar.
Cirilo, en lo alto del gallinero, volvió a pensar.
El tiempo pasaba.
El sol estaba a punto de llegar.
En la granja dormían y nadie los iba a despertar.
-Vale -dijo Cirilo-. Está bien. Si no queda más remedio, lo tendremos que intentar.
Y Marina la gallina, muy ufana y muy contenta, se puso en pie, arregló sus plumas, colocó su cresta, se estiró muy estirada, agitó sus alas y cantó con todas sus fuerzas:
-¡COCOROCÓOOO! ¡COCOROCÓOOO!
Poco a poco, toda la granja despertó: el cerdo, la vaca, el perro, la oveja, el caballo y hasta el granjero, que era un poco dormilón.
El gallo Cirilo nombró a la gallina Marina gallo honorario. Y, desde entonces, cada vez que Cirilo se pone enfermo, o se va de vacaciones, Marina sube a lo más alto del gallinero, se arregla las plumas, se coloca la cresta, se estira muy estirada y canta con todas sus fuerzas:
-¡COCOROCÓOOO! ¡COCOROCÓOOO!

3 comentarios:

  1. El alumnado de 2º de Educación Primaria de Jerez comenta y agradece:
    Candela: Dolo sigue escribiendo cuentos tan bonitos. Me ha encantado dramatizar el cuento.
    Elio: Gracias Dolo, nos encanta leer tus cuentos y espero que sigas escribiendo más. Me gustaría que vinieras y nos trajeras cuentos para la biblioteca de aula.
    Elena: Gracias a Dolo por escribir este cuento con imágenes creativas para los niños/as.
    Manuel: Me ha encantado el cuento y lo quiero leer otra vez.
    Anaís: Me ha gustado porque he aprendido que tanto el gallo como la gallina pueden despertar a los demás. Me gustan todos tus cuentos y seguro que todos los niños quieren tenerlos. Además, me ha gustado porque el gallo ha intentado resolver su ronquera con palmas y picotazos.
    Mateo: Me ha parecido bonito porque me ha recordado que no hay que discriminar a nadie, ya sea gallo o gallina.
    Daniel G. Me ha gustado porque los dos se ayudan.
    Pablo: Me ha gustado que la gallina ayude al gallo para despertar a los demás.
    José Antonio: ¿Por qué no tienen un despertador?
    Pablo: Porque en las granjas los gallos y gallinas son los despertadores, ya que ellos se despiertan solos.
    Brayan: me gustaría que vinieras a nuestra clase a contar cuentos.

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  2. ¡Me ha gustado un montón Dolo!
    jajaja gallo honorario.
    Un abrazo

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  La brujita fantasmita no da miedo, ni miajita.