Kikos y kiwis en su kimono Katrina escondía
para darle al koala que en el kiosco vivía,
sin saber que el koala sólo hojas comía.
Muchas gracias, Katrina, el koala agradecía,
pero ni kiwis ni kikos a mi tripa bien caerían.
Un kaki comió el kenyata,
y un kiwi el kuwaití,
tres kikos el koala,
y el de Kabul, kefir.